Trilogía compuesta por Maestro de Enigmas, Heredera de Mar y Fuego y El Arpista en el Viento. Patricia A. McKillip nació en el año 1948, año de nacimiento de otros escritores (y renovadores) del género fantástico como Andrzej Sapkwoski, George R.R. Martin, Robert Jordan o Terry Pratchett (esto no puede ser casualidad). Ganadora de varios premios internacionales de fantasía como el Locus o el World Fantasy.
La edición que he consultado (un solo volumen que contiene los tres libros, disponible en Círculo de Lectores) está prologada por Andrzej Sapkwoski y consta de más de 500 páginas.
Esta saga de novelas es poco común, muy alejada de la fantasía épica y del hack’n slash (o hack’n fuck, como acertadamente cuenta el prologuista). La base de esta saga de novelas son, como el propio título indica, los enigmas. El protagonista dedica su vida a resolver un enigma tras otro, obsesionado con ellos, pone en peligro su propia vida por ello.
Pero comencemos por el principio. El protagonista, Morgon, es el príncipe de Hed, una pacífica isla que no suele relacionarse con el exterior salvo por los barcos mercantes que arriban en sus costas para comerciar. Morgon ostenta, al igual que todos los dirigentes del continente, el título de Terrarca. Esto significa que “siente” de verdad todo lo que ocurre en sus tierras, cada árbol, cada animal. De hecho, se considera una de las mayores atrocidades el arrebatarle a un terrarca la terrarquía. Además, Morgon tiene tres estrellas sobre la frente, un extraño signo que posee desde su nacimiento.
Morgon pronto se verá obligado a partir de su tierra natal en pos de un acertijo irresoluto y en su camino se encontrará con unos extraños seres llamados cambiaformas, los cuales intentarán matarlo por ser lo que se conoce como Portador de Estrellas.
Este es el punto de partida de la novela, parece alto típico, pero el estilo con el que está escrito es radicalmente diferente a las novelas de fantasía al uso. De hecho, el estilo se acerca bastante al de Tolkien (bastante denso y con una gran cantidad de nombres a memorizar, por suerte hay un glosario de nombres al final del volumen). En general, es una buena novela, con una ambientación bastante conseguida y una gran cantidad de giros de guión que sorprenden al lector continuamente. El tema del polimorfismo está tremendamente conseguido, trasmitiendo a la perfección las sensaciones que sienten los personajes cuando cambian su aspecto externo. Casi sientes lo que sentiría un árbol, un cuervo, un lobo… Las novelas, están, por así decirlo, muy unidas a la tierra, considerada fuente de poder del mundo. Es una forma extraña de ver la magia, como si estuviera en todos lados y no se necesitara un largo aprendizaje, tan solo instinto. La novela pretende transmitir la idea de que la magia está por doquier, también en nuestro mundo.
Por desgracia, el relato resulta bastante confuso en ocasiones y es normal tener que releer varias veces una misma página en un intento de entender exactamente lo que está escrito en ella. Aconsejo no leer esta novela a las tantas de la madrugada como un servidor, se tarda casi el doble.
En esta novela no encontraréis grandes héroes, ni guerreros poderosos capaces de romper huesos con un golpe. Si buscáis una novela de ese tipo, alejaos de ésta. Es justamente lo contrario. No es una historia épica, es una historia de magia, simple y llanamente.
Considero la novela altamente recomendable, de hecho, la acabo de terminar y ya se la he prestado a un amigo para que la lea. Un 8,5.
0 comentarios:
Publicar un comentario